¿Sois de los que preferís que no se mencione la palabra «zombi» en una película? ¿Preferís que se empleen eufemismos en su lugar?
Siempre fuimos, Blogger in the Shadow y yo, defensores de la segunda opción, la eufemística. Disfrutábamos más de las películas cuando los protagonistas desconocían la verdadera naturaleza del mal que los acechaba, cuando la mujer sale corriendo como una posesa de su casa hacia las escaleras al grito de «¡Es mi marido! ¡Déjenlo, por favor, es mi marido!» y literalmente se lanza a los brazos de ese pedazo de muerto viviente de cara cerúlea y violácea, su marido, que le muerde la yugular sin dudarlo un instante (para estupor generalizado del respetable).
Porque referirse a los zombis como those things out there o caníbales homicidas (o vaya usted a saber cómo) implica un desconocimiento del mal que amenaza nuestras vidas, circunstancia que da lugar a maravillosas escenas como la suso dicha de la mujer de Dawn of the Dead.
La consabida escena que resulta fundamental para toda película ambientada en el momento noche (cuando se desata la plaga zombi), esto es, cuando alguien descubre que arreándoles bien fuerte o disparándoles en la cabeza se acaba con ellos, no tiene sentido alguno si antes cualquier otro ha dicho: «hay zombis por todas partes, estamos rodeados de muertos vivientes, pero tenemos una posibilidad, pues son de los lentos». ¡Qué forma demencial de cargarse unas cuantas escenas que siempre nos hacen disfrutar como prepúberes en algunas películas de zombis!
¿Qué pasaría si el tipo armado que apunta con extrañeza a la zombi enfermera que se aproxima supiera que es una mort vivant? ¿Le daría el alto? Ante su persistente avance, ¿le acabaría disparando en una rodilla? Cuando vea que no ceja en su empeño de avanzar en pos de su persona, ¿miraría hacia atrás como diciendo: «qué demonios es esto» o «what the hell...»? No, no haría nada de eso. Pasaríamos directamente a la segunda parte de la película, obviando mucho contenido de la primera, que muchas veces es la mejor (al menos en las películas que narran el inicio del Apocalipsis).
Siempre ha habido detractores de esta preferencia por el eufemismo y el fingimiento de inocencia. Uno de los argumentos más sensatos que se pueden esgrimir en su contra es el siguiente. En esa supuesta realidad que viven los personajes de la película, ¿no existen las películas de zombis? Porque en las de psicópatas sí y en las de vampiros también. ¿Por qué no sucede lo mismo con las de zombis? La respuesta más obvia viene motivada por los argumentos anteriores: que pierde parte de la gracia. Claro que, igual ya es hora de que se busque esa gracia con asuntos algo más frescos que esas consabidas escenas arquetípicas del cine de zombis, ¿no es verdad?
Y en el caso de que sí las haya habido, de que sí que hayan visto películas de esta temática, de este subgénero tan nuestro, ¿acaso contaban con títulos tan extravagantes como estos?: The Night of the Living Those Things, Those Things of Moratau, Dawn of Those Things, The Revenge of These Things, The Plague of Those Things, Those Thing Holocaust, The Incredible Strange Creatures Who Stopped Living and Became Mixed-up Those Things, The Astro-Those Things...